Los hoteles de todo incluido suelen ser muy populares entre los turistas, por las ventajas que ofrecen: el cliente no se tiene que preocupar de ningún aspecto del viaje porque precisamente este tipo de paquetes se encargan de todo. Pero más allá de comidas, actividades o playas pintorescas hay una serie de cosas que este tipo de establecimientos no suelen querer revelar.